A falta de unos
pocos días para que se cumpla la fecha, que según diversas interpretaciones del
calendario maya supondría la llegada del fin del mundo, la NASA y otras entidades
relacionadas se han visto obligadas a reiterar la falta de fundamento
científico de un hipotético fin del mundo.
La página web de
David Morrison, director del Centro Carl Sagan de la NASA , llamada Ask an
Astrobiologist ("Pregunta a un astrobiólogo") y dedicada a combatir
los rumores sobre 2012, ha
recibido más de 5.000 preguntas sobre este asunto, consultas cada vez más
numerosos a medida que se aproxima la fecha clave. Aunque en realidad, desde
diversas instancias de la NASA
se llevan dando desde hace tiempo numerosas explicaciones de la imposibilidad
de que la tierra se vea sacudida por un fenómeno extraño.
Al menos, ningún
cataclismo cósmico, como el choque de la Tierra con otro planeta, el impacto de un
asteroide gigante o una llamarada solar que acabe con nuestra civilización. A
pesar de las explicaciones, todavía cientos de personas piensan que algo
terrible pasará el 21 de diciembre.
Ese día,
supuestamente señalado en el calendario maya, se corresponde en realidad con el
solsticio de invierno, que para los mayas suponían en fin de un ciclo, el
denominado 'baktun 13'. Aunque los arqueólogos y expertos coinciden en que los
antiguos mayas no se referían a ese día como apocalíptico, los rumores se han
extendido con facilidad. "Esto es solo una fantasía fabricada",
asegura Morrison. Pero con consecuencias en la vida real. El científico ha
recibido un amplio número de correos electrónicas de personas preocupadas por
lo que pueda suceder, especialmente jóvenes y niños.
Entre las muchas
preguntas que han respondido estos científicos se encuentran algunas como la
posibilidad de que el Sol abrase a la
Tierra o la existencia de un planeta llamado Niburu que
chocaría contra nuestro planeta.
Aunque es cierto
que el Sol se encuentra actualmente en una fase de gran actividad y las grandes
llamaradas solares pueden afectar a los sistemas electrónicos y de
comunicaciones, los satélites que estudian el Sol nos advertirían con tiempo
para que las autoridades pudieran compensar la actividad electromagnética
adicional cuando llegara a nuestra atmósfera.
Don Yeomans,
científico planetario que rastrea objetos cercanos a la Tierra en el Laboratorio de
Propulsión a Chorro de la NASA
(JPL) asegura que ningún mundo llamado X o Nibiru, cometa o asteroide amenaza
con chocar contra nosotros el 21 de diciembre. Una idea, que considera absurda, ya que un planeta que chocara contra
el nuestro en tres semanas sería ahora mismo uno de los objetos más brillantes
del cielo después del Sol. Además, el único asteroide cercano que se espera
pasará el 13 de febrero de 2013 y se acercará a 6.378 kilómetros
de nosotros. No va a golpearnos.
Un complot de los
gobiernos.
La última pregunta
que la web de Morrison ha recibido sobre este asunto incidía en cómo la gente
podía saber que los gobiernos y la
NASA no están ocultando información sobre el fin del mundo.
La respuesta del científico es que ningún gobierno ni organización podría
controlar a los millones de científicos independientes en todo el mundo ni a la
gente que mira el cielo. Si algo fuera a chocar contra nosotros, cualquiera
podría verlo.
Los científicos de
la NASA
consideran, no obstante, que si hay una amenaza sobre el planeta aunque no de
ese calibre, por ahora, el cambio climático. "La mayor amenaza para la Tierra en 2012, a finales de este año
y en el futuro, es la propia especie humana", señala con acierto Mitzi
Adams, astrónoma solar en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales.
Opinión personal:
En nuestra
opinión, estamos de acuerdo con los científicos en que predicciones mayas no
tienen ninguna relación con el fin del mundo el 21 diciembre de 2012. Ya que a
ellos les podría parecer normal debido a su cultura y a sus pensamientos, y por
la coincidencia con el solsticio de invierno, es decir, el fin de un ciclo.
Tampoco tiene ningún
sentido para nosotros la posible colisión del planeta llamado Niburu, ni las
llamaradas solares, ya que los científicos lo hubieran detectado y nos hubieran
informado de la gravedad del asunto.
No pensamos que se
pudiera dar lugar a un complot político, ya que sería imposible que fueran
capaces de callar a los científicos que fueran conscientes de este
descubrimiento.
En conclusión, los
únicos enemigos, por ahora, de nuestro planeta somos nosotros mismos, los únicos
capaces de destruirlo.
Fuentes de información:
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